El Sol es conocimiento, compresión, realización, iluminación, el despertar del yo, la maduración de yo, la toma de conciencia, ser consciente.
Yo soy, tu eres, el es, todos somos, por que tenemos el Sol en nuestra carta.
En la dicotomía espíritu-cuerpo, el Sol es el espíritu y la Luna el cuerpo, pero yo me revelo a identificar al Sol como «espíritu» (fantasma, o ser etéreo interior). El Sol es ante todo poder, y potencialidad, que se expresa en el tiempo, dando lugar al «ser», yo soy. De la misma manera que los procesos físicos que se dan en el Sol, la transformación de materia en energía, los individuos/as queman(gastan) su vida, dejando huella (estela) de la manifestación de su «ser».
El Sol brillará durante millones de años, y una vez se apague, sus rayos seguirán viajando durante millones de años, el punto de luz, se convierte en rayos rectilíneos que viajan sin parar. Las personas viven y mueren y sus estelas (sus obras y sus hechos) siguen estando hay en un presente continuo y sin fin.
El Sol da el poder, fuerza interior que construye la diferenciación individual y guía de nuestro destino.
El Sol está relacionado con el corazón, el órgano único más importante de nuestro organismo, fuente de vida, motor de nuestros actos.
Nuestro corazón también es nuestro cerebro emocional, centro emisor de emociones, nos elevamos y transcendemos de nuestra condición de humanos en la misma medida que sentimos emociones.
En la astrología cuando se levanta una carta astral, se representan todos los astros del sistema solar, en un círculo. El círculo representa las constelaciones zodiacales.
La representación de la carta astral es geocéntrica, se pone al planeta Tierra en el centro de la circunferencia, y se dibujan los planetas en la constelación zodiacal que le corresponde por su posición relativa con respecto a la Tierra.
En la astrología se toma el sistema geocéntrico, no tanto por creer que todo da vueltas en torno a la Tierra, sino porque es el punto de vista del observador o del sujeto al que se le hace la carta astral.
El Sol realiza una órbita que recorre los doce signos del zodiaco, la órbita completa tarda un año, y esta un mes en cada signo.
El Sol es el astro más importante de la carta natal, y tenemos que prestar mucha atención en su signo, su casa, y sus aspectos.
Los planetas que son alcanzados por aspectos del Sol, son realzados o tienen más importancia que en otras cartas que no hay dichos aspectos.
El Sol da relieve a la casa en la que se encuentra, el individuo se siente realizado cuando vive o experimenta los significados de la casa.
Los astros, Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte conforman la estructura básica del organismo y la personalidad y los planetas Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Pluton dotan o no, de funciones elevadas en la personalidad del sujeto, o dotan o no, de roles con los que el individuo se relaciona con la sociedad o su entorno.
Por ejemplo:
Si el Sol está cerca de Mercurio (la mente) predominio de las ideas o esquemas mentales, el dialogo, la comunicación.
Si el Sol está cerca de Venus (el amor) predominio de lo afectivo, la amistad, la relación, la compañía, el beso, la seducción, el encanto, la música,
Si el Sol está cerca de Marte (la acción) predominio del movimiento, la confrontación, la necesidad de ir de caza o conquista, de estar fuera, las hazañas, el mordisco.
Todos tenemos el Sol y todos los demás planetas, en posiciones mas o menos relevantes, todos pensamos, amamos o mordemos en algún momento, pero si el Sol toca alguno de estos planetas el individuo es más mental o etéreo, más afectivo o pegajoso, o más inquieto o guerrero, y esto no es una cuestión subjetiva, transitoria o prejuicio de terceros, el individuo es, todo él es, y no puede dejar de serlo en ningún momento.
¿Qué pasa cuando los planetas tocados por el Sol son los planetas exteriores?
Si el Sol está cerca de Urano, imprevisible, a menudo solitario, innovador, rompedor, revoltoso, tiende a cortar lazos, se agobia con el compromiso, le atrae lo muy nuevo, lo científico, lo industrial, en muchos casos se valora más a la amistad que al amor.
Si el Sol está cerca de Neptuno, sensibilidad a flor de piel, puede ver y sentir la belleza en la música, en el arte, y en todo lo que le rodea con más intensidad que el resto de los mortales. Necesidad de compartir, de servir, y de disolverse. La vida es una continua experiencia religiosa.
Si el Sol está cerca de Plutón, La búsqueda constante del sentido intimo de las cosas y de la vida. Encontrar y estrujar los símbolos. Conciencia de las pulsiones que se mueven por el inconsciente. Vida, sexo, y muerte implosionando y explotando a la misma vez.