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__ Buenos días Jonay, anunció la Casa a Jonay.

Jonay abrió los ojos, al hacerlo cambio el sistema de proceso de la realidad, «el proceso de realidad terrestre» se puso a trabajar, una vieja rutina de proceso, no había cambiado en miles de años, su origen se encontraba en los tiempos lejanos del encuentro entre humanos y sombres.

Sus procesos multi-conciencia, hervían en sus centros respectivos, al hacerlo, su densidad corporal sufría alteraciones aleatorias solo medibles para los sensores de la Casa. Jonay estableció contacto con la estancia de la cocina e hizo la petición de nutrientes necesarios para sus necesidades diarias.

Jonay saturó la capacidad de entrada de datos por unos segundos, la Casa se resintió en sus flujos de entrada y salida, y entonces la Casa contrarresto con una multi-conferencia a los centro de proceso de Jonay.

Jonay sintió algo parecido a cosquillas, sonreía durante el proceso de «aquí la que mando soy yo», la Casa trataba de poner en apuros a Jonay, intentaba saturar su capacidad de entendimiento, pero el pulso acababa a los pocos segundos, nadie salía ganando pero cada día se conocían mejor el uno a la otra, y viceversa.

Jonay no dormía, pero este pulso diario con la Casa, le despertaba, había un antes y un después del pulso, durante el resto del día no lo volvían a intentar, eran lo suficientemente inteligentes para que sus chiquilladas no interfirieses con sus rutinas diarias.

Un segundo (tardaba Jonay) para llegar a la órbita de Plutón, un segundo para ser consciente de cada una de las entidades consideradas de interés para Jonay. Un segundo hasta el límite traspasado el cual pierde nitidez de contacto y nivel de conciencia.

Un segundo para una representación virtual del «sistema solar», en su centro de proceso principal, cada uno de los planetas, cada uno de los satélites y su momento orbital actual, cada una de las mega fabricas y orbitales en orbita, cada uno de los grandes cruceros acercándose o alejándose de sus destinos orbítales. Un esfuerzo de concentración, atención y conciencia, un «momento de realidad acrecentada», que no podía compartir con nada ni con nadie, demasiados datos que no podrían ser ni transmitidos ni almacenados.

Conciencia de múltiples objetos con mucha masa, y su momento angular, pero en la «foto» no había hombres o sombres, solo objetos, una representación que atendía a momentos de gravedad y velocidad

Conciencia de todo lo que le rodeaba hasta la órbita de Plutón, pero nula plena conciencia de sus procesos internos, pensaba pero no sabía como pensaba, existía pero no sabía como existía, sufría perturbaciones de densidad corporal (para el espontáneas) pero no sabia como se producían. En Casa se sentía menos frustrado, el proceso reconocimiento al que le tenía sometido la Casa, le acercaba más a él mismo, hurgar en los registros de la Casa, era más sencillo que echarse una mirada interior.

Se veía a sí mismo como un potente telescopio órbital, capaz de ver un universo joven y viejo a la misma vez, pero incapaz de enfocarse a sí mismo. No era capaz de verse ni de ver las partes de las que esta compuesto.

No hay registros sobre como vivían los sombres, antes del encuentro, como eran la ciudades o cual ha sido el ciclo de vida de la civilización sombre, no hay rastros, todo ha sido anulado o aniquilado, una civilización que ha borrado su pasado, o que todavía no lo ha encontrado.

Los humanos tienen más curiosidad sobre estos asuntos que los propios sombres, los hombres ya han asumido que los huecos sobre el pasado de los sombres los tendrán que rellenar ellos, ante la falta de entusiasmo de los sombres a sus orígenes.

Un amigo para Toni, un huésped para a Casa y un desconocido para si mismo, Jonay se dirigía a la cocina al mismo tiempo que ponía en pausa la simulación de «Cromo 1». Llegó el primero y se sentó cómodamente en el taburete.

Miraba a mesa, los cubiertos, el desayuno recién preparado, olores y texturas, y varios recipientes con minerales en su interior, minerales pulverizados a nivel atómico, el horno de la Casa, sabia prepararlo perfectamente, formaban parte de sus depósitos, compartían gustos la Casa y Jonay, no en la forma de metabolizarlos pero si compartían la preparación, mátales puros en presentación polvo atómico. Cada metal, un color, una textura, difícil de pillar un pellizco entre los dedos, pero fáciles de manejar electromagneticamente hablando.

Los átomos de hierro en su plato formaban dibujos según la posición de Jonai, los campos electromagnéticos de Jonai, hacían bailar a los átomos de hierro. También bailaban los átomos de helio en el recipiente hermético, pero estos movimientos no se apreciaban.

Mucho había cambiado la forma de hacer experimentos científicos después del encuentro con los sombres, no había experimento que soportara la presencia cercana de los sombres, todos resultaban alterados, los instrumentos, los elementos a estudiar, no había forma de repetir un experimento, siempre cambiaban los resultados.

Siempre, hasta que los laboratorios se emplazaron muy lejos, unos muy cerca del Sol, otros muy alejados de él, en los confines del sistema solar, sin presencia humana, sin presencia sombre, los laboratorios autónomos iteraban hasta el infinito sus trabajos.

En la tierra todo se había reequilibrado para tener en cuenta la presencia de los sombres, no había dispositivo grande o pequeño, maquina tonta o muy inteligente que no incluyera pantallas de aislamiento o rutinas que corrigieses el efecto sombre.

¿Cómo llegar a conocer a un ser consciente, el cual se conoce tan poco?. Los sombres demostraban que la inteligencia y la conciencia llevaban un camino separado al conocimiento de si mismo. No había forma humana de saberlo, quizá los sombres no habían tenido curiosidad de si mismo, y hoy después de miles de años después del encuentro entre las dos razas, la curiosidad interior sombre pasaba por ser una característica impostada humana, no observable de forma natural en los sombres.

¿Qué rostro se manifestaba, cuando un sombre se miraba en el espejo?, pregunta que solo tenía sentido en una mente humana, pues los sombres, no veían reflejos en los espejos, simples vidrios transparentes, que dejaban de ver los que estaba detrás de sus superficies pulidas. Pulidas para los hombre, imperfectas y desquiciadamente irregulares para los sombres.

¿Cómo sonaba la música en sus cerebros donde los tuviesen?, miles de años de convivencia para no avanzar en el descubrimiento de la realidad sombre, miles de años invertidos en hacer la convivencia hombre-sombre una realidad. Los sombres día tras día, asumían apariencia y roles de comportamiento, que los hacia humanos, que no hombres.

Jonai contemplaba el desayuno, él podría digerir los alimentos humanos, tenia potentes hornos que convierten en átomos cualquier trozo de materia, (aunque era mas sesillo y relajante tomar los alimentos triturados). Comer aniquilado materia hasta llevarla a su nivel atómico, era una tarea que no podía hacer en compañía, (demasiadas chispas), Comer a partir átomos, sin tener que romper los enlaces que los unían era un placer de Dioses, para su paladar.

Toni lo más cerca que había estado de ese tipo de comida, era en una misión sin nombre ni destino en un crucero militar, degustando una sopa de aminoácidos esenciales. Esenciales y elementales, solo con unos pocos de átomos en sus estructuras moleculares. Al terminar la misión Toni pensaba que había sido un ejercicio de asimilación de nutrientes experimentales por una tropa hambrienta, que se hubiera comido hasta los cubiertos de haber tenido dientes lo suficientemente duros como para masticarlos.