Sor Maravillas se merece todas las placas que sus acólitos le quieran hacer, así como el derecho a levantar altares allí donde la especulación del ladrillo les deje.
Otra cosa muy distinta es debatir o plantearse la idoneidad de poner la placa de la señora Maravillas en el congreso de los diputados, más allá de iniciar el debate de cuanto tiene la constitución de laica o cristiana, pretender cerrar todo debate a golpe de colocar placas de postulantes al nirvana de los cristianos por los pasillos del congreso de los diputados me parece como poco «beligerante»,
Muchos muertos andan por las cunetas sin placas ni estelas, la ley de la memoria histórica, choca con un montón de problemas y prejuicios cuando se la quiere poner en marcha. No nos podemos ni permitir tener un juez y un «procedimiento» para el restablecimiento de la memoria.
La Iglesia estos últimos años a contra atacado con la conversión de un montón de mártires de la guerra en «beatos «, ellos dicen que no tiene nada que ver con los que reclaman los descendientes de los que no tiene tumba. (por supuesto que no es mi tesis).
Yo no quiero liar ni ligar las cosas, la Iglesia tiene sus procedimientos y los laicos tenemos los nuestros.
Yo he participado en las reuniones preparatorias para debatir y elevar enmiendas a la ponencia marco que se presentó en el último congreso federal de la PSM (socialistas madrileños en junio de 2008), en las cerca de 1.700 enmiendas presentadas no hay mención alguna a levantar imágenes religiosas en templos y ni mucho menos en edificios públicos.
No digo yo que «no hay católicos dentro de la militancia de los socialistas españoles», seguro que los hay pero estos si participaron en las reuniones de trabajo para elaborar las enmiendas, no consiguieron llevar ninguna enmienda en la que se tuviese que publicitar más al catolicismo o a sus representantes.
Yo elabore y redacte enmiendas en pro del laicismo y las defendí en el congreso de junio de 2008 en Madrid, las defendí no ya delante de religiosos integristas sino de los que defendían no iterar demasiado el mensaje del laicismo, ya expresado en la constitución y en el espíritu de muchas de las ponencias, como defendí en su momento «la laicidad sino se enseña en las escuelas no podemos esperar a que venga por inspiración divina a los ciudadanos».
No voy ha mentar el nombre del señor del pelo implantao, no merece ni que se le nombre, los socialistas tenemos que centrar todas nuestras fuerzas para que la laicidad sea un derecho, los niños y niñas han de nacer laicos, crecer laicos, y después de una formación sin condicionamientos religiosos que decidan al cumplir mayoría de edad por que santo votan.