La historia se repite casi con los mismos personajes, como si se tratase de una maldición bíblica que cada cierto tiempo milimétrico ha de volver a darnos por el trasero.

  En el primer acto nos inventamos una guerra, y a falta incautos y de guerreros voluntarios nos inventamos un ejercito de mercenarios, mejor dicho contratamos a empresas mercenarias que emplean a mercenarios para todo, para el transporte de mercancías y combustible para llevar comidas, para hacer de cocineros, para cometer atrocidades, y también para vestirlos de soldados.

   No se, pero por si no lo saben en Irak hay más mercenarios luchando (trabajando) que voluntarios militares, y todo esto a priori no es malo ni bueno, el ejercito americano se libra de enviar cuerpos de soldados envueltos en banderas, y en la contrapartida no sabemos como los cuerpos de los mercenarios vuelven a casa, esto en el caso que tengan billete de vuelta. Lo más beneficioso para todos es que los cuerpos no vuelvan y las empresas se repartan el dinero del billete de vuelta con la familia del fallecido.

  La guerra como escenario del libre mercado, las empresas más eficaces en causar bajas al enemigo, que cometen más atrocidades y con menos dinero son las que más se contratan y sus «marcas» están más presentes en el negocio de la guerra. En el caso que políticos y militares tengan acciones o inversiones en tales empresas no es corrupción sino que lo hemos de ver como una contribución más de estos señores a la obra social (por supuesto al beneficio de sus sociedades empresariales).

 ¿Qué pasa cuando se les acaba el trabajo a los mercenarios?  Por supuesto se les despide.

 ¿Cuanto tiempo pasará? para saber que detrás del adiestramiento de los piratas somalíes, hay gentes de «aguas sucias», o los mismos que años atrás adiestraron al mismísimo Bin Laden.

 ¿Cuánto tiempo pasará? para ver a los abogados londinense en cooperadores necesarios en vez de elementos independientes necesarios para la liberación de secuestrados.

 ¿Cuánto tiempo pasará? para que los barcos este escoltados y pagados por los mismos que hoy los secuestran, y los liberan.

 Cuando hay milicias islámicas que se han presentado voluntarias sobre el terreno para castigar (léase matar) a los pecadores (según ellos secuestrar un barco petrolero «islámico» es pecado).

 Cuando la gente de Black-water, se ofrece para escoltar a los barcos que crucen la zona a salvo pero pagando un módico precio.

 Cuando todo esto pasa, es que ha triunfado de nuevo el libre mercado, entre todos hemos creado un nuevo nicho para el libre comercio, hay empresas muy hábiles en generar conflictos para luego salvarnos de él, pero como en el principio y al final el dinero esta presente, todos lo percibimos como negocio y no como un conflicto que hay que resolver cueste lo que cueste.