Las crisis rasgan los velos de la ignorancia, si bien es verdad que hay mucha faena en sesudas reuniones para establecer los ¿como? y los ¿porqué? y en determinar si la actual crisis es más grande o pequeña que la ya histórica del 29, también y a la misma velocidad que avanzan las consecuencias del deterioro económico, quedan al descubierto las asimetrías de un modelo económico global mal diseñado, mal ejecutado, y con peor final.
La globalización paradigma del desarrollo, mayor intercambio comercial, mayores crecimientos del PIB mundial, la han convertido en el vellocino de oro moderno, muchos embriagados por los brillos de los beneficios a corto plazo, no han profundizado en el modelo subyacente que se venía consolidando.
La deslocalización de la producción buscando costes más baratos en mano de obra sin tener en cuenta otros costos, han sembrado China de enormes emporios empresariales manufacturando productos con imagen y destino final al primer mundo.
Las fabricas chinas paran, los labradores chinos reconvertidos en peones de fabricas modernas se quedan en el paro, millones de chinos en el paro, por que el consumo en occidente se contrae. Los productos de las nuevas fabricas chinas no tiene salida en el mercado local, el diseño, el precio, la cultura de ocio y consumo hace exóticos los productos de estas nuevas fabricas.
La corrupción y la mala gestión de los recursos medioambientales hace incomibles los productos alimentarios en los mercados occidentales. Las fabricas chinas necesitan del consumo creciente en occidente, los trabajadores chinos necesitan manufacturar productos con destino las ciudades del primer mundo, y al mismo tiempo con los recursos conseguidos alimentar el débil consumo interior.
En el primer mundo, el salto a la crisis se prepara con la conciencia social y medio ambiental, reorientar y redirigir el consumo a modelos más sostenible y menos costosos, menos impuestos, mas intervención del estado en la sociedad, las empresas conservan su libertad de movimientos a la misma vez que transforman sus convenios para hacer más permeables a las cuestiones sociales.
Pero en este nuevo modelo, lo que no se va a consentir es que los chinos hagan productos más baratos a costa de esquilmar sus recursos y se alejen de los compromisos globales de la lucha contra el calentamiento de global.
Los chinos piden dinero para reformar sus fabricas, mucho dinero, para rehacer lo que se ha hecho mal, para Telepieza la solución va en otro sentido, si los chinos quieren seguir manufacturando barato a costa de su recursos y a la larga del deterioro del todo el planeta, que se establezcan aranceles para todo lo que manufacturen. Un arancel ecológico que se ingresaría en un fondo mundial para la lucha contra el aumento del CO2.
No podemos permitir el chantaje chino al orbe occidental, un doble jaque, jaque a la ilusión de unos costes baratos hacen crear en china fabricas para confeccionar las camisetas de los equipos de futbol europeos, jaque al calentamiento global por no querer transformas sus sistemas de producción ecológicamente no sostenible.
No tardaremos en tragarnos el humo que hemos visto en los días previos de las olimpiadas de 2008, hoy los juguetes chinos pasan por miles de controles en sus componentes, los metales como el plomo son encontrados con frecuencia en muchos de sus productos.
Como consumidores, como ciudadanos no hemos de permitir productos venidos de economías injustas, donde sus costes están mal calculados, hoy cuando tenemos que hacer un esfuerzo económico para luchar contra el calentamiento global, hemos de pedir a las autoridades que establezcan los mecanismos internacionales necesarios para equilibrar las injusticias de un modelo global predador de recursos.
Economía global y globalizada, también significa el cumplimiento global de la ley y la asunción de todos los costes, los escandallos han de tener en cuenta todas las partidas. Agencias internacionales adscritas a las Naciones Unidas han de velar por la producción de productos ecológicamente sostenible. Cuando las practicas de una economía liberal sin prejuicios morales busca falsos paraísos fabriles de costos más baratos, la conciencia social y medioambiental global ha de reequilibrar los balances nacionales teniendo en cuenta todos los costes.