En todas las guerras mueren victimas inocentes, en todas las guerras todos los que mueren son inocentes.

No a la guerra por que el ruido de las armas es la victoria del fracaso de la solución pacifica. No a la guerra, no a las cruzadas, no a los conflictos armados, no a las armas.

No a la guerra por que obligan a los inocentes a tomar partido por algún bando, y estar en contra de del otro bando. No a la guerra por que envilece a los pueblos que forman parte de ella y a los pueblos que las observan.

No a la guerra, y si a la solución de los problemas por vía diplomática.

No estamos por las simplificaciones, a la hora de definir a los pueblos, no a las ideas cliché que obstaculizan el cabal conocimiento de los pueblos, ni todos los palestinos son Hamas, ni todos los de Hamas son terroristas, ni todos los israelitas son ultra conservadores, ni todos los israelitas rezan en el mismo muro.

Ni el ruido de las balas, ni el numero de muertos hará que tomemos partido por la teoría de los bandos, ambos palestinos y israelitas son personas y como tales con los mismos derechos y obligaciones, ambas iguales a los ojos de la declaración de lo derechos humanos.

En los suburbios de las grandes ciudades occidentales, nos despertamos con el ruido de las noticias, noticias con humo, cadáveres y victimas inocentes, noticias de conflictos que enmudecen otros conflictos, el número de los muertos del conflicto de Gaza convierte en no-muertos a los muertos de otros conflictos.