Por fin, es hora del inicio, y tiempo de principios, todo esta por hacer, todo esta por deshacerse. Un nuevo icono se ha ungido, un viejo demiurgo se ha encarnado en un nuevo paradigma.
Si a la magia se la despoja de lo ilusorio y del juego de manos, si lo queda es magia en la magia, esa esencia de la voluntad de la «parca», es lo que percibimos en las imágenes de un Presidente Negro coronado en la Casa Blanca.
El cambio se ha dado, no esperemos nada más grande ni milagroso, este hecho transformará las conciencias, este hito es conciencia planetaria, este aconcecimiento es la puesta en marcha de un nuevo «chip» colectivo.
La CPU del planeta se ha reiniciado, y al hacerlo se ha reconfigurado el sistema operativo.
EL lenguaje, el código, las instrucciones de bajo y alto nivel, se ponen al servicio del nuevo avatar.
La crisis, las dificultades, son las fuentes de alimentación que dotaran de la «fuerza y energía» necesarias para pasar la ola.
Obama, el primer presidente de los EEUU con un PC personal en la mesa del despacho oval, y un teléfono PDA en la mano, conectado a la RED, conectado al universo, al metaverso, y al pluriuniverso.
Avatar, Presidente, Dios, y negro.